Cuando lo global aplasta lo local: Paccari vs. Starbucks
Donde antes brillaba una marca local de reconocimiento mundial, hoy reina el marketing global.
Hace unos años, en la planta baja de Quicentro Shopping, en Quito, había un restaurante amplio y elegante de Paccari, la reconocida marca ecuatoriana de chocolate orgánico y de comercio justo. El espacio destacaba por su diseño, su propuesta local y su apuesta por un producto de calidad premiado a nivel mundial.
Pero todo cambió con la llegada de Starbucks a Ecuador. Paccari fue reubicado a una pequeña isla en el patio de comidas. Un retroceso evidente. No fue una decisión de los consumidores, sino del espacio comercial que optó por dar prioridad a una marca extranjera que, si bien tiene una fuerte presencia global, no necesariamente ofrece un producto superior.
De hecho, según un análisis de calidad realizado por Consumer Reports, Starbucks ha sido catalogado como un café de calidad media, incluso inferior al de McDonald's, sí ¡McDonald's! Con críticas frecuentes sobre su sabor amargo y tueste excesivo, compite con Paccari que ha ganado más de 300 premios internacionales, incluyendo reconocimientos del International Chocolate Awards, por la pureza, sostenibilidad y trazabilidad de su producto.
Esto plantea una pregunta incómoda. ¿Por qué sacrificamos lo nuestro por lo extranjero, incluso cuando lo nuestro es mejor?
No se trata solo de marcas. Se trata de identidad, economía local y valor agregado. Cada vez que una marca nacional es desplazada, perdemos algo más que espacio comercial: perdemos historia, innovación y oportunidades para competir de igual a igual en el mundo.
Las marcas locales necesitan más que consumidores: necesitan aliados que entiendan el verdadero valor de lo nuestro frente a lo que solo es una excusa para subir una historia en redes. Apostar por lo nacional no es retroceder, es reconocer calidad real antes de que sea desplazada por apariencias importadas.